Triumph Street Twin 900

En 1959, Triumph hizo historia con la Bonneville. Este modelo será la punta de lanza de la marca británica, un icono en la época. Permaneció en el catálogo de la marca durante 20 años en varias versiones. En 2000, Triumph volvió a la vanguardia con una interpretación de la Bonneville. Fue un éxito inmediato a pesar de ser una versión diluida de su antecesor. Tras algunos cambios a lo largo de los años, la Bonneville cambió radicalmente y continuó su carrera dentro de la gama. Tiene sus fans y sus detractores, pero no deja indiferente a nadie. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.

El motor de 900 cc desarrolla una potencia máxima de 55 CV a 5.900 rpm y un par motor de 8 da.Nm a 3.230 rpm, perdiendo algunos caballos en el proceso debido a las normas anticontaminación europeas (Euro 4). Sin embargo, ofrece un carácter muy agradable en uso, bien apoyado por esta línea deportiva que ofrece a este motor un rumor digno de un Spitfire. El sistema de inyección de combustible hace su trabajo a la perfección y confiere redondez a este motor. En consecuencia, cabe preguntarse si no se subestiman los 55 CV. Aparte de los adelantamientos a dúo en autopista, este motor nunca dio la impresión de ser el eslabón débil de esta moto. Todo ello con el apoyo ideal de una caja de cambios de 5 velocidades con embrague antigoteo. El sistema de refrigeración líquida exigido por la norma Euro 4 está bien escondido, el radiador está bien oculto entre los tubos del bastidor, el catalizador bajo el bastidor y, para engañar al mundo, el motor tiene aletas de refrigeración a la antigua usanza.

La parte ciclo no se queda atrás, la horquilla y la suspensión Kayaba garantizan una conducción amortiguada y confortable para una conducción dinámica en la red secundaria. Tu espalda te lo agradecerá cuando vuelvas de tus paseos. Las llantas delanteras de 18″ y traseras de 17″ con excelentes neumáticos Pirelli Phantom le permitirán un buen agarre a la carretera y los detalles de acabado realzarán al orgulloso piloto, por citar uno de ellos al azar: las válvulas en ángulo que son muy bonitas y prácticas también.

Los frenos son del catálogo Nissin, con la pinza delantera de 2 pistones que sujeta un disco de 310 mm, mientras que su homóloga trasera sujeta un disco de 255 mm. Este sistema de frenado es suficiente y eficaz cuando se combina con el Abs de serie. A veces es justo a dúo si el piloto sube el tono, pero hay que reconocer que estamos lejos de estar sobre una moto deportiva, estando la Street Twin más adaptada al paseo por carreteras secundarias, lejos de las autopistas.

Evolución significa electrónica; ésta es una tendencia constante y creciente para la mayoría de los fabricantes. No hay moto sin ABS Continental (obligatorio), control de tracción regulable y un salpicadero lleno de funciones a veces superfluas. El control de tracción ha demostrado ser una baza importante en el caso de la Street Twin. Su motor juguetón le lleva a veces al límite, lo que esta ayuda electrónica consigue frenar sin dificultad. En terreno grasiento, nos sacó del apuro en el que nos metían los Pirelli.

La información del cuadro de mandos se agrupa en la pequeña pantalla Lcd situada en la parte inferior del cuentakilómetros. Indicador de combustible (útil debido al pequeño depósito), modo de motor, estado del control de tracción, tiempos parciales, reloj, marcha engranada, no falta nada, pero lo compacto de la pantalla a veces dificulta la lectura durante la conducción. En cuanto al resto, este medidor situado en el centro de la corona de la horquilla está muy bien hecho y encaja perfectamente con el aspecto de la Street Twin. Se controla fácilmente mediante un botón situado en el lado izquierdo, que es ergonómico. A la derecha, un botón controla el encendido/apagado del motor y el aviso.

El aspecto vintage está bien, pero ¿qué pasa con la conducción? Puedes estar seguro de que, aparte de su aspecto vintage, la Street Twin se conduce bien, muy bien. Te llevará a todas partes y en muy buenas condiciones. En cuanto a su aspecto, puede modificarse gracias a los más de 150 accesorios del catálogo; así se evita la trampa de encontrar 10 veces las mismas motos aparcadas una al lado de la otra. Puede hacerlo más deportivo, más cómodo o más apto para viajar, en función de su economía y sus deseos. La experiencia de Triumph es evidente aquí y los accesorios son de alta calidad, el acabado de algunas de las piezas de aluminio es de un nivel muy alto, como lo es su precio por desgracia.

La compra de esta Triumph Street Twin es una elección que hay que meditar bien, hay que tener en cuenta su uso o te llevarás una decepción. Pero si la Street Twin corresponde a sus deseos, la felicidad estará presente en cada salida y sólo evolucionará positivamente en función de los adornos que adquiera para la bella dama inglesa, una amante exigente pero que se lo pagará bien. El precio de la versión básica Jet Black es de 8900 euros, pero esta cantidad puede y seguramente superará los 10.000 euros en función de las opciones casi indispensables o incluso kits de «inspiración» y accesorios que no podrás evitar comprar.

Es un hecho que muy pocos propietarios de Bonneville (de todos los modelos) la dejan estrictamente original. Francamente, no es de extrañar, la Street Twin es tan atractiva que uno se deja seducir rápidamente por las sirenas de la personalización, bien ayudado por la bien situada comunicación de Triumph y reforzado por la actual moda Vintage. El valor de reventa nunca será el espejo de la compra, el valor sentimental no se puede cuantificar, pero la Street Twin permanecerá sin duda en su compañía durante muchos años, ocupará un lugar preferente en su corazón de motorista…