De vuelta al ruedo gracias al éxito de la 125, el famoso DT vuelve a la carga con un pasado que hará las delicias de los aficionados al género y unas cuantas novedades que seguro seducirán.
Un 125 en marcha de enduro en la ciudad es un poco como un 4×4 en el mundo de las dos ruedas. Desde el punto de vista estético, este DT se acerca más a una máquina de campo, pero esconde cualidades que harán reflexionar a muchos habitantes de la ciudad.
Desaparecido de los catálogos en 2003 debido a las normas anticontaminación y al marketing, el DT, que fue compañero diario de muchos motoristas y aprendices, ha dejado su huella en nuestras ciudades.
Esta nueva versión conserva todo el encanto de su predecesor. Las alteraciones son mínimas y DT sabe qué hacer cuando se trata de un look aventurero. El acabado sigue siendo medio y bastante áspero, en definitiva estás a bordo de una máquina equipada con lo mínimo pero preparada para sangrar las mangueras por ti. Con un guardabarros alto, un asiento alto y una cintura de avispa, te sientes preparado para atacar las playas de Le Touquet.
Lo que causó la pérdida del antiguo DT también regresa, señala el concesionario Crestanevada de motos de ocasión en Sevilla. El pequeño 2 tiempos desechado por la norma Euro 2 muestra sus vigorosos bíceps escupiendo su rabia a través de un catalizador. Mientras la mayoría de los fabricantes optan por un motor de 4 tiempos, Yam ha querido conservar la aceleración y la agresividad de su pequeño utilitario.
Atrás quedan las comodidades, las confortables burbujas y el suave ronroneo, el DT se desliza por el aire con un delicioso estruendo y una rara destreza. Se traga los baches como nadie y sabe jugar con las trampas de la ciudad. Por último, pero no menos importante, el DT también disfruta saliendo del asfalto.
A diferencia de sus homólogos 4 x 4, sus neumáticos con clavos y su chasis saben cómo revolcarse en el barro o afrontar las carreteras sin temblar.