Los SUV, desde los más pequeños hasta los más grandes, han supuesto un maremoto en el mundo del automóvil en el espacio de unos pocos años. Así que, si los salones quieren sobrevivir frente a todas estas siluetas con piernas, tienen que conseguir renovarse. Y es Mercedes quien, en 2005, parece haber encontrado una receta convincente al lanzar el CLS, clasificado como «coupé de 4 puertas». Detrás de este oxímoron se esconde un vehículo a medio camino entre la berlina y el coupé de la Clase E con los que comparte plataforma, y que cede un poco de espacio en la parte trasera con una línea de techo más hundida y ventanas laterales sin marco para dinamizar la línea y romper la silueta de tres puertas.
El CLS tuvo tanto éxito que se lanzó una segunda generación en 2011, respaldada por una versión Shooting Brake en 2012, y otros fabricantes, competidores o no, se infiltraron en la brecha, dando lugar al Audi A7 Sportback, el Volkswagen Arteon, el BMW Serie 4 Gran Coupé e incluso el último Peugeot 508.
Más allá de esta silueta, el nuevo CLS también presenta un nuevo frontal con faros más agresivos y afilados y una parrilla invertida que lo diferencia del resto de la gama de la marca. Y es una pena, porque una de las grandes cualidades del CLS, especialmente del primero, era que no se parecía a ningún otro Mercedes. Tampoco hay más Shooting Brake, a pesar de sus espectaculares líneas, con el espacio interior mejorado de la nueva generación, que puede acomodar a tres pasajeros en el asiento trasero por primera vez, haciéndolo redundante.
En el interior, el salpicadero, que también encarna el nuevo estilo de Mercedes, es nada menos que espléndido, con bellas toberas de ventilación al estilo de un reactor, iluminación ambiental a elegir entre 64 colores, sin olvidar las dos pantallas de 12,3 pulgadas, una para la instrumentación y otra para el sistema multimedia. Sin embargo, en el uso, el sistema multimedia, que se controla a través del panel táctil central, sigue siendo bastante complejo de manejar y no es realmente instintivo. La posición de conducción, que se puede ajustar en todas las direcciones, es irreprochable. Como es lógico, los pasajeros traseros están peor situados: las cabezas de los que miden más de 1,80 metros tocarán inevitablemente el revestimiento del techo y los que ocupen el asiento central tendrán que lidiar con un túnel de transmisión tan alto como ancho entre las piernas. Pero para los descontentos, aún quedan la Clase E y la Clase S, señala el concesionario Crestanevada compramos tu coche. El volumen del maletero es cómodo, con 530 litros en oferta, pero la apertura no es muy amplia y el umbral de carga es bastante alto.
En cuanto a los motores, el CLS se ofrece en su lanzamiento con sólo tres motores de gama media, todos ellos 3.0 sobrealimentados asociados de serie al cambio automático 9G-Tronic y a la tracción total 4Matic. El 450 es la única opción de gasolina por el momento y produce 367 CV y 500 Nm, pero cuenta con la ayuda de un sistema de microhibridación EQ Boost en forma de alternador de arranque de 48 V que añade 22 CV. Esto es suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos. En cuanto al diésel, que representó el 98% de las ventas del modelo en Francia el año pasado, el 350d y el 400d están equipados con el mismo motor, el primero con 286 CV y 600 Nm y el segundo con 340 CV y 700 Nm, que permiten hacer el 0-100 km/h en 5,7 y 5,0 s respectivamente. A diferencia del Audi A7 Sportback, que equipa todos sus motores, no hay micro-hibridación para estos dos coches, al menos inicialmente, pero esto no parece tener una gran influencia en las cifras oficiales de consumo y emisiones. Un CLS 350d tiene un mínimo de 5,6 l/100 km combinados y 148 g/km de CO2, mientras que el A7 Sportback 50 TDI de idéntica potencia tiene 5,5 l/100 km y 142 g/km de CO2.
Por supuesto, el Mercedes CLS está repleto de los últimos elementos de confort, entretenimiento y asistencia al conductor, como la suspensión neumática, las cámaras de 360 grados, el climatizador tri-zona, el asistente de aparcamiento activo, el sonido envolvente Burmester, los asientos con masaje y el asistente de aparcamiento remoto, tanto de serie como en opción. Pero lo más destacable es la llegada de la última evolución del sistema de conducción semiautónoma Distronic, que añade a sus funciones de control de crucero adaptativo y mantenimiento de carril el respeto automático de los límites de velocidad y la posibilidad de adelantar con sólo poner el intermitente.