La vieja estrategia está muerta. La nueva estrategia está viva y evoluciona

Recientemente he leído con interés numerosos artículos sobre por qué la estrategia está muerta. Aunque estos artículos están bien pensados, tengo la sensación de que la perspectiva que se propone se basa en el hecho de que el pensamiento estratégico es estático, y que el proceso evolutivo natural del cambio no forma parte de esa perspectiva estratégica. Y no me refiero a refrescar el pensamiento cada 3-6 meses, sino a ver la estrategia desde la perspectiva del nuevo orden mundial en el que nos encontramos, y no en la «edad de piedra» de hace 5 años.

Un buen pensador estratégico vive y respira en un mundo de cambios. Si no lo hiciera, siempre estaría anticuado en su pensamiento (y se convertiría en un dinosaurio en poco tiempo). Y ahí es donde los agoreros de la muerte de la estrategia han cometido un error. Se trata menos de la estrategia y el pensamiento estratégico, y más de la persona que intenta ese pensamiento estratégico sin ser capaz de adaptarse. La persona que no puede adaptarse no es un pensador estratégico y, por tanto, nunca fue un verdadero estratega.

Un buen pensador estratégico debe ser capaz de oscilar con los vientos del cambio y la realidad actual, pero sigue teniendo la capacidad de pensar hacia adelante, independientemente de la situación.

La velocidad mata: ¿debemos permitirla?

La velocidad se está convirtiendo en uno de los elementos clave de nuestra realidad empresarial. Sin embargo, aunque la velocidad por la velocidad puede ser una opción, no siempre es la mejor manera de tomar decisiones, señala la asesoría fiscal Juan Bautista. La filosofía «Just do it» (Sólo hazlo) que lleva a tomar decisiones rápidas; decisiones que se toman en gran medida por instinto y por la única razón de dejar atrás la decisión para poder pasar a la siguiente decisión rápida. Sugerí que la «Decisión correcta, tomada rápidamente» sería una mejor opción porque tiene cuatro diferencias claras en comparación con la «Decisión rápida»:

  • Transmite la idea de que se ha reflexionado sobre la decisión
  • Transmite la idea de que se consultó alguna información, datos o inteligencia empresarial valiosa
  • Transmite la idea de que se hicieron preguntas, y
  • Transmite la idea de que se consideraron algunas alternativas

Todo ello se produjo rápidamente debido a la necesidad de rapidez. Disponer de este tipo de capacidad hace que la toma de decisiones sea más fácil, menos arriesgada y rápida.

El mayor peligro de tomar Decisiones Rápidas es que uno suele seguir automáticamente a sus competidores (no liderar – porque el verdadero liderazgo requiere pensamiento y esfuerzo) – es la forma más fácil, más lógica y más peligrosa de tomar decisiones en el mundo de hoy. Si no tienes alguna forma de diferenciación, lo único con lo que compites es con el precio, y eso no es un modelo de negocio sostenible.

El enfoque de la nueva estrategia está vivo y bien, y los ganadores lo utilizan

Sí, puede que sea necesario redefinir la estrategia o la planificación estratégica o el pensamiento estratégico en función de las circunstancias y los requisitos actuales, pero no desechemos totalmente la estrategia basándonos en el pasado. Adáptela para satisfacer sus necesidades actuales y futuras, y no pierda de vista lo que, si se hace bien, le hará más relevante para su cliente potencial o su clientela. Al fin y al cabo, si puedes mejorar tu atractivo para ese grupo, tu futuro está prácticamente asegurado.

Garantizado, los Apple y Google de este mundo no han abandonado el pensamiento estratégico. Entonces, ¿por qué debería hacerlo usted? Acaban de reinventar el modelo para satisfacer las nuevas necesidades de nuestro entorno actual y nos están enseñando cómo hacerlo mejor. Obsérvelos y aprenda. Después, hazlo tú mismo, de forma que se adapte a tus necesidades.